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La empresa Nutricia-Bagó mudó recientemente sus oficinas al primer piso de un edificio situado en Marcelo T. de Alvear y Florida, con una vista incomparable a los centenarios árboles de la Plaza San Martín.
La arquitecta Julia Cabral elaboró una atractiva imagen corporativa a partir de tabiques curvos como metáfora de la maternidad, muy adecuada para una empresa dedicada a nutrición especializada.
La empresa funcionaba en la planta industrial del Parque OKS de Garín. A partir de la decisión estratégica de acercar la operación comercial hacia el microcentro, se abrió el desafío de mudar y reubicar a 36 personas en 350 m2, en un plazo de 70 días corridos desde el inicio de los trabajos hasta la mudanza completa en condiciones normales de operación.
El nuevo programa de necesidades exigió dos salas de reuniones de 20 y 30 personas, unificables en un auditorio para 50; oficinas cerradas para siete gerentes, siete puestos de trabajos para agentes comerciales, área de marketing y comercialización, recepción, sala de servidores, archivos y office.
La arquitecta Julia Cabral, a cargo del proyecto y la dirección de obra, describe la identidad corporativa que debía materializar con la arquitectura interior: "Las oficinas debían comunicar transparencia, agilidad, cuidado por la salud y claridad en los negocios, como ejes de los valores de la firma. La respuesta aplicada surge de una geometría de paredes curvas en panelería de yeso, que van creando cilindros contenedores, así como una sucesión de superficies cóncavas y convexas. La recepción, que es como la fachada de la empresa, tiene una planta en forma de óvalo, en alusión a la madre que protege, nutre, contiene. La metáfora tiene que ver con la actividad de la firma, que acompaña el crecimiento del niño en todas sus etapas, a través de leches maternizadas".
El programa se resolvió respetando los requerimientos de privacidad y de acústica, pero manteniendo la percepción de trabajar frente a la Plaza San Martín, a través del enfático uso de vidrio como cerramiento integral, de piso a cielo raso.
Las dos salas de reunión de 30 y 20 personas, pueden convertirse en un auditorio para 50 personas, a través de puertas corredizas de madera de guatambú. Con un criterio de flexibilidad se eligieron los muebles de las salas de reuniones y auditorio, ya que el mismo equipamiento debía servir en ambas, por inexistencia de espacio libre de almacenamiento. Se optó, entonces, por mesas de madera clara de guatambú con patas metálicas, y clásicas sillas Berno.
La elección de maderas claras y líneas neutras, así como la iluminación puntual, casi escenográfica y el uso de colores suaves, componen un clima de trabajo armónico y con fuerte identidad.
En la elaboración del proyecto se tuvieron en cuenta las normas internacionales de seguridad -incendio, control de acceso, luz de emergencia, evacuación- y ergonomía NFP 101-2000 y OSHA.
Ficha técnica
Ubicación: Marcelo T. De Alvear y Florida - Ciudad de Buenos Aires
Año de ejecución: 2005
Plazo de ejecución: 70 días
Superficie: 350 m2
Proyecto y Dirección: Arq. Julia Cabral
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