Desde el inicio, la evolución del mundo parece haber sido impulsada por destellos de inspiración, ese misterioso proceso al que llamamos creatividad. Sin embargo, mientras que la creatividad aparece en el ideario colectivo como una explosión espontánea de nuevas ideas, usualmente se trata de hacer un uso nuevo de lo ya conocido. Los hombres, como especie, somos extraordinariamente creativos pero, como individuos ¿tenemos todos la misma capacidad para innovar?

Recientes estudios científicos han demostrado que contar con la dotación genética adecuada puede hacer que algunas personas tengan un cerebro más inclinado hacia el pensamiento original. Sin embargo, la expresión de estos “genes de la creatividad” dependerá en buena medida de factores tales como una educación y un ambiente estimulantes.

El diseño del espacio de trabajo es una herramienta muy poderosa para facilitar la creatividad de las personas. Un ambiente estimulante no solo significa colores vibrantes y un estilo descontracturado. También puede incluir espacios dedicados a actividades que no estén directamente relacionadas con el negocio tales como el arte, los juegos, la meditación, etc. Pero por sobre todo, significa construir una cultura que aliente la adquisición de nuevos conocimientos y nuevas formas de hacer las cosas, que estimule la curiosidad y la libertad con responsabilidad, y que proporcione flexibilidad y opciones para elegir dónde, cuándo y cómo trabajar.

La eliminación de las barreras físicas y la transparencia también ayudan a promover el pensamiento original ya que la comunicación y la interacción benefician enormemente a los procesos creativos, los cuales se nutren del intercambio entre personas con distintos intereses, culturas y formas de pensar.

El siglo XXI nos enfrenta a desafíos sin precedentes: el aumento de la población mundial, la creciente presión sobre los recursos naturales, el acelerado avance de la tecnología y la transformación de los valores culturales junto con las formas de pensar y trabajar. Está claro que necesitaremos todos los recursos que tengamos al alcance para enfrentar estos problemas. Dado que la lotería genética puede beneficiar solo a algunos elegidos, el resto de nosotros tendrá que aprender a ser creativo y a trabajar para conseguirlo.

Víctor Feingold
Arquitecto
Director FM & WORKPLACES