En la década del 60, Douglas McGregor -uno de los teóricos del Management más notables del siglo XX- publicó The Human Side of Enterprise, un libro pionero que aún hoy sigue vigente, en el que desafiaba muchas de las ideas predominantes sobre la motivación y el comportamiento de los trabajadores.

La mirada que McGregor desarrolló sobre la gestión empresarial anticipó, con una asombrosa visión de futuro, el fin de la conducción mecanicista heredada de la Revolución Industrial y el pensamiento de Taylor, que veían la organización como una herramienta de producción gobernada por una sólida autoridad piramidal con resultados previsibles y personal intercambiable, en la que la motivación y el control de la fuerza laboral se gestionaban por medio de recompensas y castigos.

McGregor, a contrapelo de los conceptos imperantes en la época, propuso un modelo más humano de la organización y extendió la noción de Management más allá de la función de dar órdenes y exigir obediencia. Propuso un método de gestión basado en las personas que fuese capaz de brindar un equilibrio entre las necesidades de la organización y las necesidades de los individuos. Planteó la adopción de estrategias colegiadas, la transferencia del poder a las bases, la creación de una jerarquía más plana y una mayor fluidez en la relación entre subordinados y directivos.

De esta manera, sostenía, dados el entorno y los incentivos adecuados (un espacio estimulante, un trabajo significativo, mayor autonomía y oportunidades de crecimiento personal, etc.), las personas serían capaces de desarrollar todo su potencial creativo sin necesidad de coerción.

Hoy, 55 años después, el legado de McGregor está más vivo que nunca. Las organizaciones más exitosas saben que la productividad y la creatividad en la era del conocimiento están fuertemente ligadas al bienestar y la satisfacción del personal. Y a medida que el mundo se vuelva más complejo y más incierto, la competitividad dependerá cada vez más de la capacidad de gestionar los recursos humanos de una forma positiva, vinculando las necesidades y los talentos de los trabajadores con los objetivos de la empresa.

Víctor Feingold
Arquitecto
Director FM & WORKPLACES